Ansiedad
La ansiedad es una respuesta natural y saludable a las situaciones que se perciben como amenazantes. Cuando se anticipa un peligro o amenaza futura, se produce una reacción automática que nos permite anticiparnos y prepararnos para afrontarla en las mejores condiciones posibles.
Implica la alteración de los tres sistemas de respuesta:
- Cognitivo: Nuestros pensamientos se focalizan en la amenaza y en cómo lidiar con ella.
- Fisiológico: Nuestro sistema nervioso simpático nos prepara para la acción promoviendo la liberación de adrenalina y glucosa, acelerando el pulso y la respiración, aumentando la tensión muscular y la presión arterial.
- Conductual: La ansiedad promueve un comportamiento más cauteloso y evitativo, nos ayuda a protegernos de la amenaza evitándola y aumentando la vigilancia de posibles peligros.

Aunque la ansiedad es un recurso que nos ayuda a afrontar mejor las amenazas futuras, puede activarse de forma desproporcionada cuando realizamos previsiones exageradas o catastrofistas de los peligros.
Tipos de trastornos de ansiedad
La presencia de ansiedad suele ser desagradable, pero es un ingrediente necesario para afrontar los desafíos, por ello, en sí misma no es un problema, lo que representa un problema es su desproporción respecto a la demanda objetiva. Por ejemplo, al hacer un examen para obtener un título es saludable que nuestro sistema se active para hacerlo con la atención y el cuidado necesario, sin embargo, si nuestra ansiedad es excesiva, interferirá con nuestro rendimiento y tendremos problemas que pueden llegar a bloquear nuestra memoria y quedarnos “en blanco”.
Los trastornos de ansiedad tienen en común la excesiva activación del sistema nervioso autónomo y la sobredimensión de las posibles amenazas. Se diferencian en el tipo de amenaza que los activan y en las estrategias que pone en marcha para evitar el daño pronosticado.

Trastorno de pánico
Inquietud o preocupación intensa por sufrir ataques de pánico y cambios desadaptativos en la rutina cotidiana para evitarlos (evitar el ejercicio, las situaciones nuevas, la cafeína, etc.). Un ataque de pánico se produce cuando se experimenta súbitamente un malestar intenso que alcanza su máxima expresión en pocos minutos y que implica cambios psicofisiológicos diversos (taquicardia, sudoración, temblor, problemas para respirar, mareo, entumecimiento, miedo a perder el control, miedo a morir, etc.). Típicamente, las crisis aparecen desde un estado de calma, incluso durante el sueño, o desde la ansiedad.
Fobia específica
Miedo desproporcionado por un objeto o situación específico que provoca elevados niveles de ansiedad y se evita activamente. Se distinguen el miedo a animales (arañas, insectos, perros, etc.), entorno natural (alturas, tormentas, agua, etc.), sangre/agujas/heridas (analíticas de sangre, procedimientos médicos, etc.), situacionales (ascensor, avión, sitios cerrados, etc.), y otros (ahogo, vómito, payasos, etc.).
Agorafobia:
Miedo o ansiedad intensa a dos o más situaciones cotidianas en que se teme no poder escapar o ser ayudado en caso sufrir síntomas incapacitantes o embarazosos (miedo a sufrir un ataque de pánico, a caerse, a la incontinencia, etc.). En la forma más grave, las personas quedan confinadas en sus casas, aunque lo más común es que produzca restricciones en el desempeño socio-laboral y un malestar significativo. Es una complicación relativamente frecuente del trastorno de pánico.
Trastorno de ansiedad social (fobia social):
Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en que la persona se siente sometida al escrutinio y la valoración por parte de otras personas (mantener conversaciones, reunirse con extraños, ser observado comiendo o escribiendo, hablar en público, etc.). Las personas que padecen este problema intentan evitar esas situaciones pues temen la vergüenza o la humillación así como el rechazo o la ofensa de otras personas.

Trastorno de ansiedad generalizada:
La característica nuclear de este trastorno es la preocupación excesiva acerca de diversos sucesos y actividades (laborales, de salud, etc.) que cursan con diversos síntomas de ansiedad persistentes (inquietud, sensación de tener los nervios de punta, fatigabilidad, problemas de concentración, irritabilidad, tensión muscular, problemas de sueño, etc.). Normalmente la persona hace esfuerzos por evitar las preocupaciones que resultan agotadores y acaba preocupándose por no poder dejar de preocuparse.
Cómo trabajar la ansiedad en terapia
El tratamiento de los problemas de ansiedad empieza por identificar las dificultades y sus correlatos para diseñar el programa de tratamiento más adecuado.
El psicólogo puede ayudar a afrontar los problemas de ansiedad de distintas formas:
Psicoeducación: A partir de la experiencia del paciente se le proporciona información que le permite explicar la alteración de las respuestas de ansiedad en su caso y las estrategias que le permitirían afrontar esas situaciones.
Mejora de las estrategias de manejo de la ansiedad: Teniendo en cuenta el repertorio del paciente, se optimizan y fortalecen las habilidades con que ya cuenta el paciente y se entrenan nuevas habilidades para manejar la ansiedad.
Diseño de experiencias de éxito: A partir de la nueva perspectiva y las nuevas habilidades, se diseñan experimentos en los que la persona puede ajustar sus miedos y sus anticipaciones e ir reduciendo la respuesta desproporcionada. Se trata de que la persona desvincule la sobrerreacción de las situaciones problemáticas por medio de cambios progresivos en su afrontamiento.
Aunque contamos con programas específicos muy eficaces para abordar diferentes trastornos de ansiedad (pánico, agorafobia, ansiedad social, ansiedad generalizada, etc.), un problema frecuente con el que se tropieza para la terapia es que los trastornos de ansiedad a menudo se presentan con otros trastornos. Desde la terapia transdiagnóstica lo que se plantea es identificar y tratar diferentes dimensiones transdiagnósticas comunes a los diversos trastornos, por ejemplo, la sensibilidad a la ansiedad, o la intolerancia a la incertidumbre, el perfeccionismo, la evitación experiencial, mindfulness, etc.
Si la ansiedad es un problema, consultar con un psicólogo especialista puede reportar mejoras sustanciales en el funcionamiento cotidiano y en la calidad de vida.

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Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento para la autoestima?
¿Puedo trabajar mi autoestima sin ayuda profesional?
¿Es normal tener altibajos en la autoestima?
¿Necesito un psicólogo especialista en autoestima en Valencia?
¿Qué puedo hacer para mejorar mi autoestima?
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¿Las mujeres tienen más problemas de autoestima que los hombres?
¿Qué son los trastornos de ansiedad generalizada?
La ansiedad generalizada es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por una incapacidad para dejar de preocuparse que va acompañada de una activación persistente lo que provoca cansancio, dificultades con la alimentación y el sueño, malestar físico y que interfiere con el funcionamiento y el bienestar personal. Si no se trata, suele complicarse con sintomatología depresiva que suele agravar los síntomas de ansiedad.
¿Puedo vivir una vida normal con ansiedad?
La ansiedad forma parte de una vida saludable por lo que debemos contar con que una vida significativa implica momentos de ansiedad y momentos de calma. La ansiedad solo es un problema cuando resulta desproporcionada y tiene una duración excesiva. Por ejemplo, si tenemos que enfrentarnos a un examen, un cierto nivel de ansiedad va a facilitar que estemos alerta y cometamos menos errores, sin embargo, si la ansiedad es excesiva, puede interferir con el descanso y llegar a bloquearnos, interfiriendo con nuestro rendimiento.
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