Autoestima

Cuando hablamos de autoestima nos referimos a la opinión general que tenemos sobre nosotros mismos, cómo nos juzgamos y evaluamos, y cómo nos valoramos como personas. En el núcleo central de la autoestima están las creencias sobre el tipo de persona que creemos ser. Se corresponde más con opiniones que con hechos, y están basadas en las experiencias que hemos tenido a lo largo de la vida, de forma que si éstas han sido positivas, probablemente, las creencias sobre uno mismo serán positivas, o negativas si las experiencias han tendido a ser desagradables. Si están entremezcladas, como en la mayoría de personas, se pueden tener varias ideas sobre ti mismo y aplicarlas flexiblemente de acuerdo a las circunstancias en que te encuentres.

Las creencias sobre uno mismo se expresan de muchas maneras. Tienen influencia sobre los pensamientos, por lo que se tiende al autocriticismo, a la culpa, la duda, no se asigna a uno mismo mucha valía, se desatiende lo positivo de uno mismo y se focaliza la atención sobre las debilidades. A nivel conductual se manifiestan dificultades para expresar las necesidades propias, se evitan los desafíos y oportunidades, la postura corporal es inclinada, con voz baja, y se tiende a evitar el contacto ocular. A nivel emocional se tiende a la tristeza, ansiedad, culpa, vergüenza, frustración e ira.

Los problemas de autoestima tienen impacto en la vida cotidiana. En el trabajo o durante los estudios se manifiesta en forma de rendimiento por debajo de las posibilidades, evitación de oportunidades, o perfeccionismo excesivo, y los logros se atribuyen a causas externas a uno mismo, no se atribuyen a sus capacidades y destrezas. En las relaciones interpersonales se tiende a evitar cualquier actividad en que puedan ser juzgados, se manifiesta hipersensibilidad a la crítica y la desaprobación, y se tiende al exceso de complacencia. También tiene implicaciones en el autocuidado, descuidándose el aspecto físico y la salud, por ejemplo no acudiendo al médico, problemas con el consumo de alcohol o drogas. Puede ocurrir al contrario, manifestando un exceso de perfeccionismo, por ejemplo dedicando horas perfeccionando cada detalle de su aspecto, convencido de que sólo de esa forma serán atractivos para otras personas.

Las personas con problemas de autoestima serios tienden a deprimirse con más frecuencia, y también tienden a tener más problemas de ansiedad. Los problemas de autoestima son característicos de distintos problemas emocionales.

Actualmente disponemos de abordajes terapéuticos eficaces. Básicamente, el tratamiento consiste en entender cómo se manifiesta la falta de autoestima en la vida cotidiana, cómo se ha originado, las implicaciones que esto tiene, y disminuir progresivamente las ideas autocríticas frente a un incremento de la autoconsideración mediante el aprendizaje de estrategias específicas. Es apropiado establecer un equilibrio entre los logros y las expectativas o pretensiones vitales, y disminuir las expectativas y/o aprender estrategias o habilidades para tener mayor bienestar psicológico.