Autoestima
La autoestima es un aspecto central de la identidad y del bienestar personal. Debido a su relevancia en el funcionamiento óptimo de los seres humanos, estamos asistiendo a un crecimiento exponencial de publicaciones y de libros de divulgación cuya revisión nos traslada un panorama confuso y muchas veces superficial de este tema.
En términos generales, se puede considerar que la autoestima es la actitud que mostramos hacia nosotros mismos y que engloba tanto lo que pensamos acerca de nosotros, como lo que sentimos y cómo nos tratamos.
La autoestima saludable es aquella que nos permite una valoración ecuánime de nuestras cualidades y comportamiento y nos vincula con acciones constructivas para cimentar nuestro bienestar.

Las personas con una autoestima sana son aquellas que son capaces de reconocer sus fortalezas y debilidades, se aceptan como son, establecen relaciones interpersonales equilibradas, se ocupan de su bienestar y se cuidan.
Los problemas en la autoestima
Tradicionalmente, la autoestima se planteaba desde una perspectiva muy simplista, considerando que la autoestima alta era algo favorable, y que el único problema que había que combatir era la autoestima baja. Sin embargo, la investigación nos ha permitido comprobar que se trata de un asunto bastante más complejo.
La revisión de las características de la autoestima nos permite identificar al menos tres tipos de problemas:
- Autoestima excesiva o inflada: Se trata de personas que tienen una visión positiva desproporcionada de sí mismos y se consideran superiores a los demás. En su forma más patológica, forma parte de la personalidad narcisista.
- Autoestima contingencial o condicional: Se trata de personas que se valoran en función de sus resultados o de la valoración de terceros, de forma que cuando consiguen sus objetivos se consideran valiosos, pero se autodevalúan y desprecian cuando fracasan o no son valorados por personas significativas de su entorno. Pueden pasar de la autovaloración a la autodevaluación a partir de un hecho singular (por ejemplo, suspender un examen, recibir la felicitación de un superior o la crítica de un amigo), o valorarse únicamente por un aspecto, pasando por alto el resto. En los trastornos de la conducta alimentaria suele apreciarse ese problema, las personas suelen valorarse globalmente y de forma extrema por su apariencia física.
- Autoestima baja: Es la forma más popular y conocida de problemas de autoestima. En este caso, la persona tiene dificultades para valorarse, quererse y cuidarse, se considera inferior o poco importante, tiene una pobre opinión de sí misma, se autocritica, no se gusta y suele exigirse más a sí misma que a los demás. Las personas con autoestima baja presentan una mayor vulnerabilidad a un amplio rango de problemas de salud mental (depresión, ansiedad social, abuso de drogas, trastornos de la conducta alimentaria, etc.).
Consecuencias de los problemas de autoestima
Los problemas de autoestima tienen una relación bidireccional con los de salud mental, es decir, pueden ser causa o consecuencia de los problemas de salud mental. Así, una baja autoestima persistente puede predisponernos a sufrir episodios depresivos, pero también las personas que sufren depresión suelen presentar problemas de autodevaluación, de hecho, la baja autoestima está considerada como un síntoma de la depresión en las principales guías diagnósticas (DSM-5, ICD-10).
Sabemos que la autoestima saludable es un elemento que contribuye a nuestra estabilidad personal y a nuestra capacidad para afrontar las dificultades vitales. Por ello, cuando se detecta un problema de autoestima, es importante hacer una valoración completa del problema tanto para determinar problemas asociados, como para establecer la relación de éstos con las alteraciones de la autoestima detectadas.

Los problemas de autoestima pueden considerarse un síntoma, que puede formar parte de un cuadro psicopatológico específico (ansiedad social, depresión, etc.) o una característica personal que puede predisponer a diferentes patologías.

La mejora de la autoestima
Por fortuna, contamos un enorme arsenal de técnicas psicológicas para mejorar la autoestima, pero es importante considerar dos cuestiones:
- Los condicionantes de la autoestima, es importante determinar si hay problemas añadidos (depresión, ansiedad, alteraciones de la personalidad, trastornos alimentarios, etc.) y cuál es la relación éstos con los problemas de autoestima. En ocasiones será necesario trabajar la autoestima, en otras será necesario incidir sobre las dificultades que la están condicionando. La terapia de la autoestima debe desarrollarse tras un diagnóstico adecuado y una cuidadosa valoración de las variables implicadas.
- El objetivo es promover una autoestima sana, un sentido equilibrado de la propia valía personal que nos ayude a conectar con los demás y a sentirnos cómodos en nuestra propia piel. Lo contrario de autoestima baja no es la autoestima alta, es la autoestima sana. Como hemos comentado la autoestima alta puede ser tan perjudicial o más que la baja.
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Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento para la autoestima?
¿Puedo trabajar mi autoestima sin ayuda profesional?
¿Es normal tener altibajos en la autoestima?
¿Necesito un psicólogo especialista en autoestima en Valencia?
¿Qué puedo hacer para mejorar mi autoestima?
¿La baja autoestima afecta más a adolescentes y a jóvenes?
¿Las mujeres tienen más problemas de autoestima que los hombres?
¿Qué impacto tiene el amor propio en la autoestima?
¿Puedo recibir terapia para la autoestima online?
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