Terapia de pareja en Valencia

Qué es la terapia de pareja

Todas las parejas atraviesan problemas y dificultades, la terapia de pareja aglutina un conjunto de estrategias para ayudar a las parejas que se estacan en el conflicto y la insatisfacción y que no pueden superarlos a pesar de sus mejores esfuerzos.

El psicólogo de parejas se encarga de proporcionar las estrategias que pueden ayudar a la pareja a afrontar sus dificultades de manera más efectiva, y a mejorar la calidad y la gratificación de la relación.

Habitualmente, incluye un proceso en el que el psicólogo de parejas realiza una valoración, tanto de la relación como de las características y circunstancias de cada miembro de la pareja, mediante sesiones conjuntas y por separado. Tras la valoración, se objetivan las dificultades que están obstaculizando el desarrollo armónico de la relación y se plantean las opciones que pueden ayudar a la pareja.

Aunque se hable de terapia, ayudar a una pareja a resolver sus problemas y a mejorar la satisfacción dual no implica necesariamente que exista patología. La mayoría de las parejas en conflicto están integradas por personas sanas con vidas satisfactorias en otros ámbitos vitales. No obstante, sabemos que los problemas persistentes de pareja suelen afectar la salud sus miembros.

Las relaciones de pareja sanas se sustentan en tres pilares fundamentales:

  • El deseo: Se trata de la sensación intensa de disfrutar con el otro, de disfrutar con la persona amada, va más allá de la relación sexual, es el deseo de estar con la persona con la que nos sentimos más a gusto. Es el elemento que se considera imprescindible para hablar de relación de pareja y que diferencia la relación de otro tipo de relaciones.
  • La intimidad: Es un componente nuclear que promueve el acercamiento, el vínculo y la conexión, proporciona sensación de apoyo incondicional.
  • El compromiso: Es el componente que da estabilidad a la relación, es el grado en que una persona está dispuesta a integrarse con alguien y hacerse cargo de esa relación hasta el final. Implica un esfuerzo por rentabilizar las diferencias en pro de un proyecto común.

Cuando estos elementos no están presentes o se alteran en el curso de la relación, generan distintos tipos de disfunciones. El amor en la relación es importante, pero no es suficiente para sustentar una relación estable a largo plazo. Uno de los aspectos que es necesario valorar es qué elementos están presentes en la relación y qué carencias pueden comprometer su viabilidad.

Por otro lado, la relación de pareja implica el intercambio y el ajuste de los intereses de dos personas en un proyecto conjunto a largo plazo. De este modo, la calidad de la comunicación, las habilidades de negociación y de alcanzar acuerdos, la reciprocidad y el reparto de responsabilidades son aspectos que cobran especial relevancia en el funcionamiento a largo plazo del vínculo.

 

 

Etapas en la relación de pareja

Una característica de la relación de pareja es que se trata de un proceso dinámico, que va cambiando y adquiriendo distintas formas en función de la vinculación e intereses de sus integrantes, por lo que no se puede afirmar que sigan un proceso idéntico preestablecido. Lo que sí es posible identificar son distintos momentos en los que la relación se va consolidando, en los que cada uno de los elementos esenciales va cristalizando y en que surgen obstáculos que pueden suponer un desafío para la pareja.

En el inicio de la relación de pareja, el elemento más importante suele girar en torno al amor y el deseo de disfrute mutuo.La relación con el otro suele resultar muy gratificante pues el contacto suele establecerse en torno a actividades placenteras, se hacen esfuerzos por presentar una imagen favorable y se es menos consciente y más tolerante con los defectosde la pareja.

Conforme la pareja se va conociendo y va ganando en intimidad y en compromiso, se van estableciendo proyectos comunes que implican negociar, afrontar dificultades y contratiempos, resolver problemas y que conllevan una reducción del tiempo de disfrute y un incremento de la aversión en la pareja. Progresivamente vamos reconociendo y aceptando las limitaciones y carencias de nuestra pareja al tiempo que nos mostramos de una forma más completa en el día a día.

En las relaciones saludables, la consolidación de la relación suele implicar la gestión diferenciada de los intereses individuales y conjuntos, la negociación de las relaciones y de los compromisos externos (familiares, amigos, etc.) y el reparto de responsabilidades para el desarrollo del proyecto de pareja.

Con el inicio de la convivencia, la pareja se enfrenta a nuevos compromisos y desafíos (cuestiones legales, parentalidad, relaciones con las familias de origen, gestión de la intendencia doméstica, etc.), que conllevan un incremento todavía mayor de momentos difíciles cuyoafrontamiento requiere una comunicación efectiva, reciprocidad, buen intercambio afectivo, etc. El deseo y el disfrute mutuo suele moderarse y se va viendo complementado por el compañerismo, la complicidad y la estabilidad.

Todas las parejas atraviesan momentos de crisis, en las que se revisa y replantea diferentes aspectos de la relación y que cuando se superan contribuyen a su fortalecimiento. El matrimonio, la educación de los hijos, y los cambios vitales de cada miembro pueden suponer alteraciones que requieran revisar los acuerdos y modificar con flexibilidad la dinámica de la pareja.

¿Cuándo acudir a terapia de pareja?

Las parejas pueden requerir acudir a terapia cuando la consolidación de la pareja no se ha producido de forma óptima o cuando se sufren dificultades en las dinámicas básicas de la relación.

Hay parejas que desde el inicio enfrentaron carencias, por ejemplo, parejas inestables, que comparten deseo e intimidad, pero tropiezan con dificultades para comprometerse, y parejas superficiales, que comparten deseo y compromiso pero que no comparten intimidad. En otros casos, con el paso del tiempo, se puede perder el interés sexual y el disfrute mutuo convirtiéndose en parejas compañeras, que comparten intimidad y compromiso, pero no deseo.

En otros casos, el problema suele sobrevenir con cambios o acontecimientos que desequilibran la capacidad de afrontamiento de la pareja, produciendo conflictos y dificultades para colaborar en equipo, por ejemplo, una enfermedad, problemas laborales o financieros, hijos con necesidades especiales, etc.

Por último, encontramos parejas que tienen problemas específicos de asertividad, de comunicación, de resolución de problemas, etc. que dificultan la dinámica de la relación.

Beneficios de acudir a un psicólogo experto en relaciones de pareja

La relación de pareja reviste una indiscutible relevancia social y tiene unas repercusiones objetivas sobre el bienestar personal y la salud mental de sus integrantes. La ayuda psicológica para parejas supone una oportunidad para restablecer una dinámica más equilibrada y satisfactoria que fortalezca la relación, reduzca el sufrimiento emocional y aumente las oportunidades de crecimiento personal.

El fomento de la atracción, respeto y admiración hacia el otro es una tarea que se debe desarrollar a lo largo de toda la relación y que supone un desafío en las relaciones a largo plazo. El psicólogo de pareja puede ayudar a identificar los obstáculos y enseñar nuevas habilidades que nos ayuden en la construcción de una convivencia satisfactoria y una relación enriquecedora.

Por otro lado, la mejora en la relación no solo redunda en la pareja, también tiene repercusiones en el bienestar de los hijos cuando los hay. Los hijos que viven en hogares donde los padres viven en conflicto tienen una mayor probabilidad de presentar dificultades.

Por último, cuando la relación está demasiado deteriorada, no es recuperable o está resultando lesiva, el psicólogo puede ayudar a promover una separación respetuosa y sensible con la situación de cada miembro, preservando en la medida de lo posible el bienestar de los niños y minimizando su impacto.

Preguntas frecuentes:

¿Cuáles son los problemas de pareja más comunes?

Las parejas pueden tropezar con muchas dificultades, la mayoría de las cuales suelen afrontarse con éxito. Hablamos de problemas de pareja cuando se enfrentan a dificultades que no consiguen superar. Los problemas de comunicacióny para llegar a acuerdos suelen ser muy frecuentes, la pareja habla sin conseguir llegar a entenderse. Asimismo, los problemas de convivencia, de reparto de tareas, los desacuerdos en la educación de los hijos y los problemas en la relación con la familia extensa también suele presentarse con frecuencia en consulta.

¿Cómo puedo mejorar la comunicación en mi relación?

La comunicación saludable es aquella que nos permite conocer los deseos e intenciones de nuestra pareja y transmitir los nuestros con eficacia, es decir, consiguiendo que nuestra pareja conozca los nuestros. Para conseguirlo es necesario tener en cuenta algunos aspectos.

En primer lugar, comunicarse y desahogarse son cosas distintas. La comunicación se estructura en torno a un objetivo o un deseo, el desahogo, en cambio, se estructura en torno a quejas, recriminaciones y lamentos. Si pedimos lo que deseamos es más probable que la comunicación fluya que si nos quejamos o recriminamos (“me gustaría que llegaras a la hora que hemos acordado” frente a “siempre llegas tarde y estoy harta”).

En segundo lugar, es importante que cuidemos tanto lo que decimos como la forma y el tono en que lo decimos. Un mensaje adecuado puede resultar ineficaz si se dice a gritos o con un tono irónico.

En tercer lugar, siempre hay una distancia entre lo que queremos decir, lo que efectivamente decimos y lo que nuestra pareja entiende, por ello, es muy importante asegurarnos de que el mensaje que ha llegado a nuestra pareja es el que pretendíamos y realizar las aclaraciones pertinentes. Del mismo modo, conviene no dar por sentado que lo que entendemos es lo que nuestra pareja nos quiere decir, preguntando y confirmando si lo que hemos entendido es lo que realmente se nos quiere transmitir. Una estrategia útil puede ser repetir lo que estamos entendiendo y pedir a nuestra pareja que confirme y aclare.

Por último, es importante elegir los momentos para hablar, con tiempo suficiente, sin interrupciones y sin interferencias (un momento en que estemos tranquilos, sin niños, televisión apagada, sin interferencia de móviles, etc.).

¿Qué momento es el más adecuado para buscar terapia de pareja?

El momento en que se inicia la terapia de pareja es importante. Lo óptimo es buscar ayuda cuando se empiezan a evidenciar estancamientos, problemas que se enquistan e insatisfacción que se va prolongando en el tiempo. Cuando más tardemos en buscar ayuda, más probable es que los problemas se hayan complicado y el deterioro de la relación sea menos recuperable.

¿Qué hacer si mi pareja y yo discutimos constantemente?

Las discusiones en pareja no solo son inevitables, resultan saludables cuando sirven para contrastar puntos de vista y alcanzar acuerdos. Si el contraste de opiniones y la toma de decisiones se produce de forma irrespetuosa y no nos permite avanzar, entonces podemos hablar de peleas que deterioran la relación y van dejando un poso de resentimiento. Las discrepancias en la pareja se pueden discutir de forma respetuosa y constructiva, estableciendo claramente los problemas y buscando la forma de resolverlos más que de tener razón. Además, conviene llegar a acuerdos en las cuestiones básicas negociando desde un planteamiento “ganar – ganar” más que “ganar – ceder”. Si a pesar de nuestros esfuerzos no conseguimos dejar de pelear, conviene consultar con un psicólogo experto que nos ayude a mejorar la forma en que abordamos las discrepancias.

¿Cómo superar una infidelidad en la relación?

La infidelidad es un problema complejo cuando se presenta en una relación y superarla resulta un verdadero desafío para la pareja. Es una coyuntura sumamente dolorosa que requiere un esfuerzo decidido por las dos partes, el reconocimiento del daño, su reparación y el perdón del miembro traicionado. El restablecimiento de la confianza supone un desafío que muchas veces trasciende el deseo de la pareja y genera problemas adicionales que pueden acabar con la relación. Suele ser una razón para buscar ayuda profesional.

¿Qué técnicas existen para resolver conflictos en la pareja?

Es importante partir de que es natural y saludable que haya posturas diferentes en una relación de pareja y que tengamos discrepancias que tenemos que discutir, negociar y pactar. Un conflicto no es una pelea, se convierte en una pelea cuando las partes intentan imponerse sin considerar al otro.

Las parejas que resuelven sus conflictos de forma efectiva son aquellas que se escuchan, negocian las diferentes opciones teniendo en cuenta los intereses del otro además de los propios, alcanzan acuerdos y, pasado un tiempo, reevalúan los resultados. La escucha activa, la comunicación asertiva, las habilidades de negociación desde el enfoque ganar-ganar, y la comunicación positiva son las técnicas que suelen utilizar y que, afortunadamente, se pueden aprender. Las reacciones emocionales intensas pueden convertirse en un obstáculo para poner en práctica estas técnicas, así como los déficits en las habilidades necesarias para su manejo, pueden llevar a la pareja al acúmulo de diferencias sin resolver; en esos casos, conviene buscar ayuda.

¿Cómo manejar las diferencias en la educación de los hijos?

Esta suele ser una dificultad común que las parejas tiene que afrontar. Educar a un hijo es una de las labores más desafiantes en las que nos podemos embarcar. Cuando se tienen hijos, lo habitual es que cada uno tenga una experiencia vital distinta y un planteamiento diferente acerca de las pautas educativas óptimas por lo que es un tema que suele ser fuente de conflictos que la pareja tiene que gestionar. Es importante asumir esa realidad como algo implícito en la parentalidad y asumir las discrepancias como una oportunidad para forjar las mejores alianzas, fortalecer el trabajo en equipo en esa monumental tarea y enriquecer la experiencia vital de nuestros de nuestros hijos. A partir de esta orientación de equipo y de aceptación de la diversidad, podemos gestionar las diferencias y transformarlas en oportunidades educativas.

¿Qué opciones tengo si mi pareja no quiere ir a terapia?

Las parejas en conflicto suelen tener problemas para dirimir sus discrepancias, lo que incluye la de acordar cómo resolverlas. Por ello, no es infrecuente que ante las dificultades uno sea más reticente que otro a buscar ayuda externa. Si ese es el caso, se puede consultar individualmente con un psicólogo experto en terapia de parejas, acudiendo sin la pareja para que nos oriente y asesore al respecto.

Si desea consultar por problemas de relación de pareja, asegúrese de hacerlo con profesionales expertos, rigurosos y debidamente acreditados para trabajar en el ámbito de la salud mental.