La inestabilidad emocional

Todos experimentamos momentos en que nuestro estado de ánimo fluctúa del desánimo al optimismo, en que valoramos negativamente nuestros méritos y capacidades, y en que nos sentimos aislados o poco comprendidos. Estas son respuestas emocionales normales en momentos dificiles de la vida y suelen desaparecer cuando las dificultades pasan. Sin embargo, hay personas que se caracterizan por presentar inestabilidad emocional de forma estable; esquemáticamente, podríamos resumir sus características como:

  • Elevada vulnerabilidad emocional:  Son personas muy sensibles, con altibajos frecuentes en el estado de ánimo, con respuestas emocionales muy intensas que tardan mucho en aliviarse. Las personas de su entorno suelen considerarlos excesivamente pasionales, con relaciones muy intensas y tortuosas con los demás, o como personas explosivas, que se enfadan de forma colérica y pierden el control con facilidad.
  • Crisis intensas ante acontecimientos negativos: Ante las dificultades suelen sentirse muy decaídos y desesperanzados, experimentando con frecuencia ideación suicida, e incluso llegando a hacerse daño deliberadamente o a intentos reales de quitarse la vida.
  • Pasividad: Suelen ser personas que no afrontan sus problemas de forma activa; normalmente creen que no pueden hacer nada para resolver las dificultades y creen que son los demás los que deben afrontarlas.
  • Autoinvalidación: Tienen dificultades para reconocer y aceptar sus propias reacciones emocionales; con mucha frecuencia se sienten inseguros y culpables, llegando a sentirse enfadados consigo mismos y experimentando un intenso autorechazo.
  • Competencia personal aparente: Paradójicamente, hay momentos o periodos más o menos largos en que son personas eficaces, que se enfrentan con efectividad a su trabajo o a diversas cuestiones de su vida cotidiana; este contraste hace especialmente complicado que los que le rodean puedan entender su comportamiento. Normalmente, se quejan de la incomprensión de los demás.
  • Problemas asociados: Algunas de estas personas pueden presentar, además, problemas con la alimentación (p.e., anorexia, bulimia), y/o abuso de alcohol y otras drogas.

Las personas afectadas por este problema suelen haber seguido diversos tratamientos con diferentes profesionales con poco o ningún resultado. Con frecuencia lo abandonan de forma prematura, o es el propio profesional el que les deriva ante las dificultades para mejorar la situación.

Afortunadamente, en los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas técnicas terapéuticas que permiten abordar esta compleja problemática con mayor eficacia. Básicamente son técnicas que facilitan que la persona entienda y acepte lo que le ocurre, que aprenda nuevas formas para enfrentarse a sus dificultades, para regular su comportamiento con los demás y para mejorar su autoestima.

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Elena Aznar Avendaño Psicóloga Clínica y Diplomada en Estudios Avanzados Instituto Valenciano de Psicología – INVAL